Lo mismo pa' un roto que pa' un descosío

Desde hace un mes tengo nuevo trabajo en Brighton. Bueno, nuevos trabajos.

Después de dejar mi puesto en el hospital decidí buscarme la vida de otra manera. Primero probé con otra agencia de trabajo temporal. Me dieron varios eventos como camarera, y no estuvo mal.
Pero...yo quería algo que me diera dinero fácil, que fuera divertido para mi y que me dejara suficiente tiempo libre para disfrutar de lo poquito que me queda en esta ciudad. Así que seguí los consejos de mi madre (siempre sabia), y me ofrecí por Internet para dar clases particulares de español.


Nunca había confiado demasiado en la tan famosa web Gumtree. Cuando estuve buscando casa a través de este sitio no conseguí que nadie respondiera mis mensajes durante más de dos semanas. Pero esta vez era distinto. Era yo quien ponía el anuncio y por lo tanto quién esperaba contactos a los que poder responder.
Los mensajes no tardaron en llegar. De hecho me acosté a dormir y a la mañana siguiente tenía el primero en el buzón de entrada de mi correo.

Alice, una chica de Brighton, de unos 35 años, ilustradora artística y con novio de Salamanca. A final de verano tiene un viaje planeado para España con la intención de pasar unos días con la familia de su chico, y le encantaría poder comunicarse con ellos.
Me mandó el email en castellano. Y la verdad, me sorprendió. Su nivel de gramática parecía bastante bueno. Así que le respondí y quedé con ella a tomar algo para ver que tal se le daba hablar.
No lo hacía mal del todo pero no quería sonar como un libro de texto cuando abre la boca. Y, a veces, cuando eres extranjero hablando otro idioma...eso es bastante difícil.
Así que, en ello trabajamos todas las semanas. Progresa adecuadamente.

A los tres días recibí otro mensaje. Bill, un hombre de unos 50 y tantos, que había vivido en Granada y que no descartaba volverse allí. Quería aprender español desde cero. También quedamos para tomar algo, hablar y conocernos antes de empezar las clases.
Es músico de jazz. Toca la armónica y la guitarra, y se gana la vida dando conciertos aquí y allá. Además trabaja como asistente psiquiátrico. Pero sus ganas de aprender le han hecho sacar tiempo para venir a casa dos veces por semana a estudiar conmigo.
Y yo también aprendo con él. Muchísimo. Preparo cada clase de forma distinta y sobre todo muy visual.
Es disléxico y me dijo que siempre había tenido problemas para estudiar. Pero parece que lo estamos consiguiendo. En tres semanas ya nos comunicamos (aunque a veces suene un poco indio) sólo en español. Estoy muy contenta con sus avances.

Asi que...en esto paso las horas. Preparando clases de español de nivel avanzado y clases para principiantes. Inventando juegos, actividades y recomendando series y películas a mis alumnos.

Pero no es todo. Os decía que tengo dos trabajos. Y es que, además de teacher, por las mañanas ejerzo de nanny.

Justo cuando decidí empezar a dar clases, mi ex host family me ofreció cuidar de Molly estas vacaciones. Ellos siguen trabajando pero la niña terminó el colegio. Y aunque no es muy pequeña, tampoco es lo suficientemente mayor como para pasar tanto tiempo sola en casa.
Yo le hago compañía por las mañanas. Nos dedicamos a ver pelis de animación, jugar al Monopoly y al billar, a hacer cupcakes y a pintarnos las uñas. Además, por supuesto de hablar y hablar sobre el colegio, sus compis y sus clases de drama. Me está viniendo genial para mi inglés! Porque no sabéis con la velocidad que puede llegar a hablar una niña de 12 años...!. En fin.

Al final parece que todo va saliendo. Sin apenas darme cuenta aquellos currículos inventados, que hace unos meses repartía por todo Brighton con el ansia de encontrar un trabajo, se van convirtiendo en realidad. Ya tengo experiencia como camarera de planta, limpiadora, camarera de eventos, profesora y niñera.

Por cierto, que esta semana estoy de cuidadora de una casa y de paseadora de perros.

¡Vamos!, ¡que va a ser verdad que valgo lo mismo pa' un roto que pa' un descosío!.