En cada rincón encuentras algo relacionado con los cuatro fabulosos, como los llaman alli, y en todos y cada uno de los pubs de la zona siempre suenan sus canciones.
Desde luego, yo no podía dejar de hacer una escapadita a conocer la ciudad.
Audio guía ON y a recorrer las instalaciones. Durante más de una hora, Alessandra, mi compi en esta aventura, y yo, retrocedimos hasta los años 60. Visitamos el primer antro donde The Beatles empezaban a tocar por aquel entonces, vimos sus primeras guitarras, los trajes que usaban para subir al escenario..., estuvimos en la redacción del primer periódico que se atrevió a hablar de ellos y los lanzó a la fama...e incluso visitamos los estudios de grabación de Abbey Road, viajamos en submarino amarillo, pisamos campos de fresas...y nos convertimos en unas completas locas fanáticas de los cuatro músicos. Una experiencia divertidísima.
Pero bueno, Beatles a un lado, decidimos coger un bus y alejarnos un poco de la ciudad. Nuestra intención: buscar las famosas esculturas 'The iron men', en alguna playa cercana ( o eso se suponía). El viaje fue toda una aventura, intentamos hablar con el conductor para que nos orientara donde bajarnos... (acento inglés de Liverpool, jaaaaa. Nada.) El caso es que al final, después de sentirnos completamente perdidas por un momento llegamos a Crosby. Impresionante.
Una playa no apta para el baño pero donde siempre hay gente paseando. Y es que tiene su atractivo. Está llena de esculturas de hierro, 100 exactamente, hombres mirando al mar, dentro y fuera del agua. Cada estatua mide 189cm pesa alrededor de 650 kg, y parece ser que son como réplicas del cuerpo del propio autor.
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